Experiencia de Estancias Académicas modalidad presencial 2024-1
2024 / Lilian Angélica Delgado García / Licenciatura en Diseño Gráfico
Algo que no se menciona mucho sobre una movilidad estudiantil, es que empieza desde
que estás hablando con tu coordinador de carrera para ver si eres candidato, desde
que estás buscando las universidades a las que puedes ir, investigando sobre ellas y
el programa que te interesa, desde que se entregan los documentos iniciales y estás
comenzando a pensar en "¿por qué estoy haciendo esto?", y a veces la respuesta no
llega si no hasta que regresas, una vez creciste, aprendiste sobre tu área
profesional, sobre otra cultura y sobre ti mismo.
Desde que inicié la carrera irme de intercambio había sido uno de mis
objetivos, conocer otro país y otras personas. Algunas veces dudé en sí podría
lograrlo, con la llegada de la pandemia en 2020 mis planes se retrasaron y todo
parecía más complicado, incluso algunas personas me llegaron a decir que ya no lo
intentara, pues era mejor terminar mi carrera y ya; pero no, yo sabía lo que quería
y sentía que iba a traer muchas cosas buenas para mí, sin importar el tiempo o las
situaciones que conllevara. Así que cuando llegó mi carta de aceptación de la
Universidad del Valle en Cali, Colombia, tuve muchas emociones, sí me sentí nerviosa
pero más que nada estaba feliz, hasta mi familia se asombraba al ver que no tenía
tanto miedo como ellos pensaban, que no estaba arrepintiéndome, sino que estaba
trabajando mucho por lograr lo que me había propuesto. Yo sabía que lo que estaba
por venir podía llegar a ser complicado y en momentos me daría miedo, pero también
estaba segura de que lo iba a superar, que todo iba a valer completamente la pena.
Colombia tiene lugares hermosos que ofrecer y de los cuales se puede
aprender muchísimo. Desde el hecho de visitar otro país y estar "obligada" a hacer
las cosas a su manera, me enseñó a aprender, a ser consciente y reflexionar en lo
que yo estaba acostumbrada, como otras actividades, técnicas o herramientas, hasta
el ambiente que me rodeaba. Tanto Cali como la Universidad del Valle me abrieron sus
puertas y me recibieron con mucho cariño. Durante esos meses me enseñaron a amar su
biodiversidad tan presente en el campus y todo el país, los profesores me guiaron e
impulsaron académicamente, fueron siempre amables y curiosos por conocer mis
costumbres en formas de estudiar. Mis compañeros de clase en un principio
confundidos por ver a una mexicana que parecía no comprender nada del lugar, pronto
se emocionaban y querían mostrarme toda la ciudad, lo bonito que Cali y la Univalle
tenían para ofrecer, hasta organizaron un "compartir" en donde pudimos intercambiar
dulces y comida de ambos países para hacerme sentir bienvenida, sin lugar a duda
todo fue muy lindo. Eso también es parte de lo que nos cambia en un intercambio, las
personas que conoces y te dejan un poquito de ellos. Personas que pueden estar
pasando por lo mismo que tú, te entienden, con las que vives nuevas experiencias y
compartes esa parte de tu vida.
Me fui de Cali y de Colombia eternamente agradecida, por mostrarme lugares,
personas y hasta sabores y sonidos que nunca había experimentado. Y esa es mi
respuesta, ¿por qué hice este intercambio? Porque sabía que me iba a dar desarrollo
académico, pero no tenía idea de lo mucho que me iba a permitir crecer de tantas
maneras maravillosas. Es algo que no cambiaría por absolutamente nada y se lo
recomiendo a cualquiera.
Así que mi movilidad no tampoco terminó regresando a México, porque ahora a
todo el que puedo le hablo de ese país que me cambió la vida.